Por ejemplo, esta temporada fue invisible en los dos encuentros a los que se midió contra el Real Madrid. Apenas generó problemas a Ramos y Varane, tanto en el Camp Nou como en el Santiago Bernabéu. En ambos choques salió más beneficiado el Madrid.
Pero lo cierto es que, no solo le ha ocurrido esta temporada ante el Madrid, sino que ante rivales como el Valencia donde perdió 2-0 en Mestalla, no fue capaz de anotar ni un solo gol para meter a su equipo en el encuentro.
Mismo suceso pasó en la noche del pasado viernes frente al Sevilla, su actuación dejó mucho que desear cuando el equipo más le necesitaba para sacar los tres puntos adelante. Pero no pudo hacer nada, contra una defensa muy sólida. (Una vergüenza de arbitraje: roja descarada perdonada a Messi)
Respecto al duelo de Champions que vivió en Nápoles, no fue para tirar cohetes. Al argentino le cuesta dar la cara en la competición europea, es consciente de que se trata de un territorio madridista y de su enemigo futbolístico: Cristiano Ronaldo.
Los años que el Madrid levantó tres Copas de Europa seguidas, el ‘10’ del Barça tuvo que observarlas desde el sofá de casa. Seguramente, con la impotencia de saber que no rindió como se esperaba de él, en cierta parte culpa de la presión que le meten desde Barcelona.
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