Y es que, como ya publicamos en este periódico, hasta el propio Xavi Hernández no entiende qué pasa por la cabeza de Bartomeu para aceptar este intercambio. No cabe duda de que Pjanic es un gran jugador, pero ya tiene 30 años. Por su parte, Arthur apenas tiene 23 y es uno de los futbolistas que más gusta entre los aficionados culés. Encaja en el estilo de juego del club y llegó en 2018 por unos 40 millones de euros (con un contrato de larga duración).
Ahora, sin haber tenido muchas oportunidades, saldrá por la puerta de atrás. Justo cuando más se estaba adaptando al club. En un principio el brasileño no quería abandonar el Camp Nou bajo ningún concepto, pero ha recibido presiones en las últimas semanas para que acepte. Todo apunta a que el intercambio esconde problemas contables de ambos clubes que, de alguna manera, se solucionarían con esta operación.. (Noticia DC: movida en el vestuario del Barça por culpa de Arthur).
Carlos Henrique Casemiro, jugador del Real Madrid, conoce muy bien a Arthur Melo. Ambos han compartido bastante tiempo en la Selección y entre ambos existe sintonía. Por más que sean 'rivales' con sus clubes, los centrocampistas brasileños se tienen bastante aprecio. Es por ello que, tal y como confirman fuentes cercanas al Real Madrid a Defensa Central, Casemiro habría dicho en el vestuario que "es una gran cagada del Barça".
En Valdebebas se ha mencionado por encima el posible fichaje de Arthur por la Juventus y el de Pjanic por el Barcelona y fue en ese momento cuando Casemiro soltó la frase. Su compatriota es un 'jugón' y en el Camp Nou no han sabido sacarle provecho. Están cambiando a una joven promesa por un futbolista que ya atraviesa los últimos años de su carrera profesional. (Los 7 jugadores que el Barça quiere echar para meterlos en intercambios).
A falta de unos flecos contractuales, el acuerdo entre ambos equipos es total. Se desconoce si se oficializará esta misma semana o ya cuando se acabe LaLiga. El Barça aún 'pelea' con el Real Madrid por el primer puesto y, una noticia de este calibre, podría desconcentrar, más si cabe, al vestuario culé. A ver si Piqué está para bromas...
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