Gianni Infantino, presidente de la FIFA, mostró su rechazo en este Congreso organizado por la UEFA a la nueva competición que han firmado ya los doce clubes fundadores: "No la aprobamos. O estás dentro o estás fuera. No hay un término medio. Los clubes que se vayan serán responsables de sus acciones".
Al mismo tiempo, el demagogo suizo tuvo la poca decencia de decir que Qatar "ha hecho una gran implementación de los derechos humanos" y que el Mundial que van a organizar va a ser "el mejor de la historia".
No obstante, su discurso fue dedicado casi al completo para criticar la Superliga. Ve que se les acaba el chollo: "En la FIFA, solo podemos desaprobar enérgicamente la creación de la Superliga, que es una tienda cerrada, que es una ruptura con las instituciones actuales".
Cuando llevan tantos años en el poder algunos piensan que el fútbol es suyo. Y nada de eso. El fútbol es de los clubes, socios, futbolistas y aficionados. No de organizaciones como la FIFA y la UEFA que se creen por encima del bien y del mal.
Deberán sentarse a negociar con Florentino Pérez para alcanzar un acuerdo sobre la Superliga. El proyecto es beneficioso para todo el mundo del fútbol. Si los más grandes generan dinero, al final todo repercute en los demás y se consigue que el deporte siga en la cima. De lo contrario, está condenado a desaparecer y tener cada vez menos audiencia y seguidores en el planeta.
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