El Real Madrid saltó al Alfredo Di Stéfano sabiendo que el Atlético había ganado en Elche, con los locales fallando un penalti que incluso debió haberse repetido, pero con la obligación de tener que ganarle al Osasuna para seguir la estela del rival de la capital.
Zidane volvió a dejar su habitual ‘toque’ en relación a la alineación. La presencia de Hazard y Blanco no fue una sorpresa, era algo que se esperaba, pero sí que Vinicius les acompañara de inicio. Kroos y Modric, guardados pensando en el Chelsea ante el tremendo desgaste que ambos acumulan.
La alineación del Madrid tenía un gran peligro, el hecho de que el equipo pudiera romperse en una especie de 4-2-4. Vinicius y Asensio trabajaban sus bandas con el objetivo de que el equipo no se partiera. Aún así, Odriozola empezó siendo la sorprendente vía de escape a nivel ofensivo de los de Zidane.
MILITAO, UNA MÁQUINA DE REMATAR
El equipo merengue jugaba a ráfagas y, con todo, generaba ocasiones también por rachas. En el minuto 25 llegó ‘viento de cola’ para los blancos y, con ello, oportunidades como un chaparrón. Primero la tuvo Hazard que, al recibir un pase de Marcelo, remató con el interior de la bota derecha dentro del área y se encontró con la mano de Herrera, salvador de su equipo.
La opción del belga dio paso a un acoso y derribo por parte de Militao. El central del Madrid empezó a ganar balones aéreos en el área de Osasuna y, con ello, a generar ocasiones de gol. Dos cabezazos del ex del Oporto fueron sacados por el portero visitante, siendo especialmente buena la primera de las dos paradas.
El Madrid iba claramente de más a menos en el partido, especialmente porque el arranque del segundo tiempo fue bastante más frío de lo que se esperaba. Hazard y Benzema no conectaban, Vinicius no explotaba su banda y tampoco había noticias de Asensio. Por si esto fuera poco, ni Marcelo ni Odriozola le daban profundidad al cuadro de Zidane. De hecho, la primera ocasión de cierto peligro de los blancos en el segundo acto no llegó hasta el minuto 67, un remate cruzado de Rodrygo desde fuera del área que se marchó rozando el palo.
El partido se le empezaba a poner cuesta arriba al Madrid, básicamente porque no parecía que el equipo de Zidane fuera capaz de llegar al gol por inspiración. Eso sí, había un jugador que había rozado el gol en el primer tiempo y que estaba llamado por el destino a abrir la lata en una noche tan complicada. Y ese no era otro que Militao.
El central brasileño iba a redondear su buena noche (una más) con un nuevo remate de cabeza que, esta vez sí, acabaría en el fondo de la red. El córner botado por Isco encontró al ex del Oporto que, otra vez, se elevó por encima de todo y de todos para ponerla lejos del alcance del portero visitante, Herrera.
El Real Madrid había logrado lo más difícil, adelantarse en el marcador en un partido que se le había puesto feo. Eso sí, una vez anotado el 1-0, gol que tardó 75 minutos en llegar, el equipo blanco sólo necesitó cuatro minutos más para doblar esa renta. Fue Karim Benzema el encargado de liderar el ataque blanco para asistir a Casemiro que, llegando desde atrás, tocó la pelota en una especie de control orientado que, casi sin querer, acabó en el fondo de la red de la meta visitante. Fue el punto y final para un partido que le permitió a Zidane, además de llevarse los puntos y continuar en la pelea por la Liga, reservar a Kroos y Modric para la guerra que se avecina en Londres. Una noche feliz.
Ficha técnica
Real Madrid 2: Courtois, Odriozola, Militao, Varane (Nacho 46’), Marcelo (Miguel 63’), Casemiro, Blanco, Asensio (Arribas 82’), Vinicius (Rodrygo 63’), Hazard (Isco 71’) y Benzema.
Osasuna 0: Sergio Herrera; Nacho Vidal, Aridane, David García, Manu Sánchez; Javi Martínez, Torró (Jony 84’), Moncayola; Rubén García, Roberto Torres y Chimy Ávila (Budimir 63’)
Goles: 1-0 Militao (75’), Casemiro (79’)
Árbitro: Cuadra Fernández. Amonestó a Javi Martínez, Roberto Torres
Estadio: Alfredo Di Stéfano.
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