Kubo fue el mejor futbolista de los JJ.OO pero acabó roto y llorando

Se quedó sin medalla tras perder la pelea por el bronce con México


Kubo

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Era el escenario ideal. Una gran competición, con rivales en frente que tenían calidad como Asensio, Olmo, Richarlison o Láinez. Además siendo el líder de su selección, y disputándose en su país.

Kubo tenía un doble sueño. Guiar al país nipón hasta la medalla y demostrar su calidad para lograr hacerse un hueco en la plantilla de Ancelotti, o para despertar el interés de algún equipo interesante al que poder salir cedido.

Sin embargo, solo ha logrado cumplir uno de sus dos objetivos. Take se va de Tokio tras haber sido el mejor jugador de los JJOO. Nadie ha destacado por encima del resto, pero también es cierto que salvo el gol de Asensio en semifinales, ninguno ha sido más determinante que él para su selección.

Y es que durante la primera fase marcó un gol en cada uno de los tres partidos que disputaron, siendo clave para que su selección pasase como primera de grupo. Pero, en las semifinales se encontraron con España y el golazo que anotó Marco Asensio que le mandó a pelear por el bronce frente a México. (James lanza un aviso)


Acabó entre lágrimas 

El final de estos Juegos Olímpicos ha sido el más cruel posible para Kubo, y es que se quedan fuera del pódium tras perder por 3 a 1 en la pelea por el tercer escalón.

Tal fue el desconsuelo que nada más pitar el final, el madridista se tiró al suelo, desconsolado, con lágrimas en los ojos de impotencia, al ver como se le escapaba de las manos su gran sueño.

Se nota que se había echado mucha presión sobre los hombros. Había encarado con mucha ilusión la cita olímpica, y así lo ha demostrado con su fútbol. Pero se va en la posición más dolorosa de todas.

Sin embargo, lo hace siendo el mejor jugador del torno. Ha demostrado que tiene calidad a raudales, desborde y atrevimiento. Además de demostrar acierto de cara al gol.

Le costará uno días volver a recobrar el ánimo y ser consciente de lo que ha logrado. Aunque ahora mismo no hay consuelo para él. Pero solo tiene 20 años, le queda toda una carrera por delante y ahora debe concentrarse en la próxima temporada.