El centrocampista croata sumó su primer derbi como capitán, y a pesar de su edad, sigue siendo uno de los mejores en el conjunto de Ancelotti. Modric estuvo exigido desde el comienzo y fue vital en las ayudas a Kroos en la organización.
Luka tuvo que medirse a un centro del campo muy físico como el del Atlético de Madrid, aunque no le supuso ningún problema. Al igual que el resto del equipo, le costó encontrar su ritmo durante los primeros minutos, pero después se mostró activo en las acciones ofensivas.
Liderando el centro del campo
Modric está más que preparado ante este tipo de batallas y lo demostró una vez más. El mago de Zadar dio la calma que el equipo necesitaba en el encuentro donde los golpes de ambos equipos no paraban de llegar.
En el segundo tanto madridista, Luka fue clave filtrando un grandísimo pase a Vinicius para que atacara el espacio. El delantero brasileño llegó al área rival, su disparo rechazó en el palo y Valverde en el rechace fue el encargado de transformar el tanto.
Le tocó el trabajo sucio
La segunda parte cogió un color muy diferente, con un Real Madrid más calmado sobre el terreno de juego y sin tomar excesivos riesgos. Modric fue el encargado de comandar las posesiones largas madridistas y de mantener el balón en todo momento.
Además, el croata tuvo que estar plenamente implicado atrás y frenar los arreones rojiblancos. El Real Madrid no creo excesivo peligro tras el descanso y el partido no se volvió a reactivar hasta que Hermoso anotó el primero para el Atleti.
Antes de que el encuentro se complicara, Modric fue sustituido en el minuto 82 por Camavinga tras realizar un gran desgaste físico. Los blancos consiguieron mantener el resultado y seguir con su pleno de victorias antes de marcharse al parón.
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