No hay decisión. Así definen desde el Real Madrid uno de los grandes temas de debate que existen ahora mismo en el conjunto blanco de cara a las próximas semanas. Carlo y Davide Ancelotti, consientes de todo lo que se encuentra en juego, buscan una solución a los problemas que entrega el calendario, la enfermería y por encima de todo, la credibilidad con jugadores que como Eduardo Camavinga, se han ganado de lleno un lugar en el once: “No podemos ser injustos”.
Nadie entiende a largo plazo que el galo se mantenga en el lateral izquierdo por supuesto, pero es que sus rendimientos y actuaciones en dicha demarcación entregan solo motivos para mantenerle como titular de un equipo que se juega todo en las próximas semanas. El discurso de Carletto puertas adentro y fuera de Valdebebas, sincero y lleno de reflexion.
"Ha jugado muy poco en esta posición, pero crea mucho peligro en campo contrario, se asocia bien con Vinicius. Y también tiene trabajo defensivo. A él no le gusta, pero a nosotros, sí", las palabras de Carlo Ancelotti jornadas atrás y antes de que como se viese ante el Mallorca, David Alaba retornase a las convocatorias del Real Madrid. Llega la hora de tomar decisiones. Pero nada está ni mucho menos claro.
¿Meritocracia o galones? Esa es la cuestión
El austriaco se encuentra recuperado de sus molestias y la intención del cuerpo técnico ha sido siempre la de tenerle como reemplazante de Ferland Mendy, pero el rendimiento de Eduardo apremia y si bien todos quieren que Camavinga se sienta cómodo en su posición de mediocentro, la realidad es que sacarle ahora mismo del once sería una clara traición a esa política de merecimientos que tanto ha hecho que Ancelotti se gane a sus hombres. Alguien saldrá ’herido’.
“No podemos ser injustos con Edu”, los mensajes que padre e hijo cruzan entre sí a la hora de analizar quien debería ser el dueño del lateral izquierdo del Real Madrid hasta que Ferland Mendy se encuentre apto para competir por el puesto. Darle el rol a David Alaba por sus galones o confiar en el momento de forma de un Camavinga impasable moviendo al austriaco al eje de la zaga, el gran debate que existe ahora mismo entre los Ancelotti.
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