"En el minuto 64 se detiene el partido debido al lanzamiento de un bocadillo al terreno de juego, el cual no impacta en ninguna persona. El juego se reanuda tras el aviso por megafonía correspondiente", explicó el colegiado en su informe.
Sin embargo, el Código Disciplinario es claro con estos casos. El artículo 117 así lo define: "El club será sancionado con una multa de hasta 602 euros cuando se produzcan hechos del artículo 15 clasificados como leves".
Para determinar la gravedad de los hechos se tienen en cuenta las consecuencias. El bocadillo, por suerte, no impacta en Rodrygo ni le causa ninguna dolencia. Por tanto, la sanción no pasa a "riesgo notorio", que conllevaría una multa y sanción mucho más grave.
Un acomplejado
En El Sadar se produjo otro momento denunciable. Antes del partido, mientras que se guardaba un minuto de silencio, un aficionado del Osasuna lo interrumpió con un insulto: "Vinicius, hijo de p...".
Esta es LaLiga que está quedando. Cánticos racistas una semana sí y otra no, lanzamiento de bocadillos, ya ni se respetan los minutos de silencio... Y del BarçaGate, dónde los culés pagaron 7 millones al vicepresidente de los árbitros, ya ni hablamos.
DEJA TU COMENTARIO