Ancelotti sorprendió a Florentino volviendo de Leipzig: “Me equivoqué con los dos jugadores”

Carletto se sincera meses después


Carlo Ancelotti y Florentino Pérez

Carlo Ancelotti y Florentino Pérez




Los problemas en los aeropuertos de Alemania daban tiempo para pensar, sacar conclusiones e incluso para diálogos que muestran la calma con la que vive el Real Madrid por estas horas. Incluso Carlo Ancelotti se dio el gusto de sorprender a Florentino Pérez en pleno viaje  volviendo de Leipzig: “Me equivoqué con los dos jugadores”.

Fue una victoria marcada por dos nombres ‘sentenciados’ en las primeras semanas del curso, que parecían más fuera que dentro del club y que ayer sostienen una eliminatoria que pintaba complicada en muchos momentos.

 Ancelotti lo reconoció a Florentino, se juzgó pronto a los Lunin y Brahim en su cuerpo técnico. Está encantado con ambos y ahora mismo se rinde a su presente.

“Creo que me equivoqué con Lunin y Brahim al principio…, no les veía preparados”, confesaba el entrenador del Real Madrid a Florentino por el avión de vuelta a casa y mientras el equipo volvía de Leipzig.


Por la directiva valoran de gran forma como el propio Ancelotti tiene la madera para reconocer sus fallos y no le importa hacerlo puertas para adentro. Lo importa es el final del camino, no el inicio de este.

Una conclusión desde la rueda de prensa

“Empezó sin jugar, pero cuando ha jugado siempre ha aportado. Ahora tiene mucha confianza en lo que hace. Ha marcado un gol espectacular, increíble….Lo ha hecho bien. Está muy motivado y con mucha confianza. Jugar le da confianza y ha hecho un partido sobresaliente porque lo ha hecho muy bien en todas las situaciones”, algunos de los elogios del entrenador a nombres que como Brahim o Lunin, ayer mostraron por qué se encuentran dentro de la plantilla del Real Madrid.

El club aplaude la sinceridad de un Ancelotti que solo se casa con el día a día. El italiano es el primero que apunta como sin rechistar, ambos jugadores trabajaron en silencio de cara a ganarse su lugar. Hoy parecen inamovibles y son el mejor ejemplo para entender como la meritocracia funciona mejor que nada en el Madrid.