No han pasado ni 24 horas desde que terminó el Clásico y sus polémicas ya han provocado todo tipo de reacciones. La más recordada, al margen del claro penalti cometido por Pau Cubarsí sobre Lucas Vázquez, es el gol fantasma de Lamine Yamal. El ‘27' del FC Barcelona logró tocar con su bota un córner lanzado al primer palo, pero Andriy Lunin sacó la pelota justo antes de que rebasara por completo la línea.
Después de revisar con tranquilidad esa jugada, la sala VAR dejó claro que “no tenemos ninguna evidencia que el balón haya entrado, por lo tanto, reanuda con saque de esquina”. Esta no fue la única decisión complicada que hubo de tomar César Soto Grado: Lamine Yamal volvió a ser protagonista. Porque el extremo español puso en apuros a un jugador veloz como Eduardo Camavinga con sus vertiginosos cambios de ritmo.
Una arrancada del atacante culé por la banda derecha forzó al stopper galo a cometer una falta fuera del área para evitar que Yamal se acercara a la portería de Andriy Lunin. Ya desde el principio de la jugada, desde el VAR avisaban a Soto Grado: “fuera, fuera”. El propio colegiado, nada más señalar la infracción, tenía claro el ‘castigo’ que le esperaba al ‘12’ madridista: “amarilla”. Dicho y hecho.
Marcando el límite
Mientras los jugadores designados por Xavi Hernández preparaban la jugada de estrategia, Lamine Yamal se acercó al colegiado, que le replicó con lo siguiente: “Lamine, la que es falta te la pito, pero por favor no vayas tan fácil ahí”. César Soto Grado, con estas palabras, pedía al delantero del Barça que no simulara ninguna caída dentro del área para provocar un penalti a favor del equipo visitante.
La contestación del joven ariete hizo que Soto Grado insistiera: “vale, perfecto, pero por favor no vayas fácil. Si te la hacen a ti, yo te la pito, ¿vale?”. También dejó caer un “perdonado” en torno al que se puede especular alguna petición de disculpas por parte del futbolista azulgrana, aunque su contenido no se escucha correctamente.
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