Lyon, punto de partida para la Décima

La Liga de Campeones, la Copa de Europa de toda la vida, empieza hoy. Una vez aniquilados los equipos que, tradicionalmente, rellenan la competición comienza lo serio. Exactamente el punto en el que Florentino quería ver a los suyos. No para quedarse en él, como ha ocurrido en los últimos años, sino para superarlo como demanda la historia del club.

Para ello llegaron, fundamentalmente, Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzemá. También otros, pero especialmente los dos primeros. El dinero no compra títulos, tampoco da la felicidad, dicen algunos, pero desde luego ayuda y mucho. Portugués y brasileño son las banderas a las que se agarrá Pellegrini para salir airoso de la batalla de Gerland. El nombre del estadio, desde luego, impone. La grada no es de las peores de Europa aunque en el campo la presencia física del Lyon augura choque de trenes.

Si el Madrid quiere ser grande y, sobre todo, respetado en Europa no puede caer en las cafradas de los últimos años en Europa. Liverpool, Roma o Bayern se quitaron de un plumazo al mejor equipo de la historia en una ronda, la de octavos, que debería suponer para el Madrid la misma dificultad que para un niño comer un bollo de chocolate. Sin embargo, la indigestión europea que arrastra el Madrid en los últimos años debe empezar a desmoronarse desde esta misma noche. El colchón del Bernabéu en la vuelta es fijo, pero ganar fuera de casa ofrece caché. La cualidad que, por desgracia para el Madrid, el club había perdido en los últimos años y que Florentino ha tratado de recuperar a base de inversión y asesoramiento de profesionales. En teoría lo ha conseguido aunque, metafísicamente hablando, el movimiento se demuestra andando. La batalla de Gerland sólo puede tener un ganador. Y ese debe ser el Real Madrid.