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Tuvieron que pasar 28 meses para que el mediapunta merengue volviera a jugar con su país. Y es que el jugador ni disputaba ni un minuto con la 'canarinha' desde junio de 2010, cuando el equipo caía eliminado en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda. Desde ese momento, Kaká había acudido a alguna citación del equipo, pero no había vuelto a saltar al campo para disponer de algunos minutos. Por eso, su cara mudó en felicidad cuando supo que Menezes le había llamado para disputar un par de encuentros amistosos en este parón FIFA de partidos internacionales.
Fueron dos choques muy sencillos, uno ante Irak y otro frente a Japón. Pero suficientes para rehabilitar al '8' blanco, pues en ambos fue uno de los grandes jugadores de Brasil. Ante los primeros anotó el tercero de los seis que marcó su equipo (6-0); mientras que a los segundos les hizo el cuarto y último tanto de la tarde (4-0). Además, el madridista dejó sensaciones muy positivas, pues volvió a mostrar destellos del gran futbolista que fue en el Milan y que en Madrid seguimos esperando: cambio de ritmo, potencia y precisión a la hora de definir.
Es evidente que por estos dos choques no se puede llegar ya a conclusiones precipitadas, pero desde luego que ya suponen un paso adelante en la mejoría de Kaká. El mediapunta necesitaba esta 'subidón' anímico para seguir progresando tras un difícil inicio de temporada. Su objetivo siempre ha sido volver a enfundarse la 'verdeamarelha' para tener opciones de disputar el Mundial de 2014 en casa, por lo que este regreso ya es un paso más hacia el regreso de una de las mejores versiones del futbolista. Solo el tiempo dirá si la misma es suficiente para dar un buen rendimiento al Real Madrid...
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