Con el 2-0 como objetivo

Muchos factores favorecen a los blancos, que no han perdido en toda la temporada con los entrenados por el griego Fotis Katsikaris. Sergio Llull ha demostrado, desde que volvió de su lesión, estar a un nivel muy alto y ha estado muy acertado de cara al aro, promediando más de 18 puntos por encuentro en lo que llevamos de 'play-off', incluidos 20 puntos en el primer encuentro de la semifinal.

El nombrado mejor pívot de la ACB, Ante Tomic, respondió a quienes critican ese honor con 15 puntos y 7 rebotes para 23 de valoración. El croata se sobrepuso a un encontronazo con su compatriota Marko Banic que le provocó una intensa hemorragia nasal y con las fosas nasales taponadas exhibió un gran juego ofensivo, su principal baza en el juego de los madridistas.

Frenar a Banic, la clave

La Caja Mágica tendrá que erigirse nuevamente como factor decisivo para los blancos que espoleados por su público pudieron decantar de su lado el intenso primer partido del cruce. El equipo entrenado por Emanuel Molin buscará secar a Banic y a Kostas Vasileiadis, principales arietes ofensivos de los bilbaínos al anotar 18 y 16 puntos respectivamente. Los vascos necesitan que sus dos americanos, Aaron Jackson y Chris Warren, anoten más que ocho puntos conjuntamente para poder tener opciones a la victoria.

El Bilbao, que afronta por primera vez en su historia una semifinal tras dar la sorpresa al eliminar al Power Electronics Valencia por un incontestable 2-0 en los cuartos de final, se ve con la obligación de ganar para no estar entre la espada y la pared en su cancha y ante sus aficionados. En el plantel madridista no hay bajas, por lo que Molin contará con todos sus efectivos, mientras que en el lado bilbaíno Katsikaris afirmó que estaba "muy complicado" que el pívot exmadridista Edu Hernández Sonseca estuviese para jugar.