La junta del Barça se reunió anoche





Parte de la junta directiva del FC Barcelona se reunió ayer por la noche a cenar y tratar la crítica situación institucional por la que atraviesa la entidad. La reunión se alargó y a ella se fueron sumando 17 de los 18 dirigentes que la forman, para saber dónde se encontraba cada cual y qué posturas van a adoptar en la reunión del jueves.

Joan Laporta ha dejado claro que no va abandonar el cargo tras salir airoso de una moción de censura. Los resultados le han salvado de presentar la dimisión, aunque el barcelonismo no piensa lo mismo. Los votos a favor de la moción de censura fueron 23.870, lo que representó el 60"60 por ciento de los que votaron; mientras que el no a la censura fueron 14.871, que supusieron el 37"75 por ciento. Unos datos que desvelan que los estatutos le legitiman en el cargo, pero que desvelan de qué parte está la afición azulgrana.

La noticia adelantada ayer por el Diario Sport está basada en que la mayoría de los directivos (ocho de los 17) creen conveniente que mañana jueves dimita. Sin embargo, la prensa catalana se divide y el Mundo Deportivo dice hoy que no va a dimitir.

Laporta pospuso la junta directiva a mañana. Prefirió viajar a Nyon para reunirse con la Asociación de Clubes Europeos, cuando en casa ardía Troya, aunque voces cercanas a la junta afirman que había más directivos fuera de Barcelona. En eso Calderón dio una lección: convocó a sus directivos para analizar la situación (mucho menos grave) deportiva, económica y social del Real Madrid y no estuvo en Nyon, donde también obtuvo un cargo.

La junta de Laporta está dividida. Ocho están en contra y siete a favor. Los estatutos dicen que si la mitad más uno de la junta dimite (10) tendrá que convocar elecciones si él no dimite. Y si dimite y lo hace el 75% de la junta, también. Otra opción que se puede barajar es forzarle a dimitir y que asuma la presidencia el vicepresidente primero, Vicens. Aunque éste no estaría en estos momentos por la labor. De ser así, la junta podría nombrar un vicepresidente primero que asumiera el cargo para los dos años de mandato que les quedan. Otra opción es que Laporta siga, pero que su poder se limite a presencia de actos institucionales. Lo que sea, se sabrá en las próximas horas.

Laporta se ha equivocado

A Laporta le achacan que utiliza el cargo para proyección personal, y el barcelonismo, que traspasa las fronteras de Cataluña, empieza a verle como un político frustrado que ha utilizado el escudo del club para sus ambiciones políticas. Sus discursos agresivos contra supuestos enemigos y sus lágrimas de cocodrilo han acabado por hartar a los barcelonistas, que le han retirado su confianza tras ver que se preocupa más de sí mismo que de un equipo que esta temporada ha recolectado críticas y escándalos entre sus estrellas.

El presidente aterrizó ayer por la tarde en el aeropuerto de Barcelona y se encontró con la noticia de que iba a dimitir, y no le quedó otra que negarla. Mañana tendrá que afilar las uñas ante la sección dura de su directiva, si es que los acontecimientos no se aceleran antes. Algunos de ellos están dispuestos a irse (lo dicen con la boca pequeña) siga o no Laporta, porque ya se ven tardes tortuosas en el palco aguantando el chaparrón de una afición enfrentada a la gestión de Laporta y no quieren ahogarse con él.

Pero, para amortiguar el golpe de la reunión de mañana, el club ya se ha precipitado en anunciar que la junta sustituirá en breve plazo a los dirigentes que dimitan. Una amenaza que no va a asustar a nadie, aunque sí a los que puedan ser invitados a subirse al tren tal y como está la afición. Por si acaso y vistas las artimañas de Joan, alguno de los que se sientan en esa junta tiene claro que se presentará al sillón presidencial en el 2010. Aunque a este paso seguro que será mucho antes.