Eso sí, el defensa madridista jugó el encuentro ante el Barcelona con una ‘amenaza’ sobre su cabeza, la de la suspensión para el próximo partido de Liga. Y es que Ramos estaba apercibido por acumulación de amonestaciones y si veía una tarjeta en el Camp Nou no podría jugar el encuentro del próximo sábado en el Santiago Bernabéu frente al Deportivo de la Coruña.
Por la forma de jugar y la concentración máxima del defensa merengue en el partido quedó muy claro que a Sergio Ramos le importaba bien poco lo que pudiera pasar dentro de una semana. Todo su espíritu, ganas y emoción estaban puestos en Barcelona. No había tiempo para pensar en esa amarilla que le haría cumplir ciclo de tarjetas.
Finalmente, a pesar de la tensión y los lances del juego, Ramos no vio esa cartulina amarilla y podrá estar en el partido ante los gallegos el próximo fin de semana en el Santiago Bernabéu.
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