Semana de lo menos habitual para el Real Madrid. Apenas dos días después de golear al Betis en Liga vuelve de nuevo el campeonato doméstico y en este caso para ponerse al día en cuanto a partidos disputados. Será ante el Leganés en Butarque y corresponderá al partido aplazado con motivo del Mundial de Clubes.
Zidane no podrá contar para el partido ante los de Gartiano ni con los lesionados Jesús Vallejo ni Toni Kroos, junto con un Marcelo que salió lesionado del partido ante el Betis y además en la sesión se ha sabido la ausencia de un jugador clave: Luka Modric. El croata no ha saltado al campo y está por precisar su problema y si reviste o no gravedad, de cara sobre todo al partido contra el PSG en apenas 14 días. Un contratiempo más para un Zidane que tendrá que dar entrada a jugadores menos habituales en su política de rotaciones en este maratón de partidos.
Y es que el equipo en apenas dos días debe afrontar otro partido más de Liga, un encuentro aplazado que de ganar auparía al Madrid a la tercera posición de la tabla superando al Valencia. El equipo quiere confirmar sus buenas sensaciones tras las victorias ante PSG y Betis, junto con la buena dinámica de cara a gol: ocho goles en los dos últimos choques.
El Madrid recupera a su mejor amigo: la pegada
Los de Zinedine Zidane han anotado 23 goles en los últimos 5 partidos de Liga, recuperando la seña de identidad que ha acompañado a este equipo durante años y años: una capacidad asombrosa para resolver con gol cada una de las llegadas peligrosas al área rival. En este tramo del campeonato, Cristiano Ronaldo ha marcado ocho dianas, Gareth Bale ha anotado dos tantos y Karim Benzema uno, el marcado en el campo del Betis para cerrar la goleada.
El Madrid ha pasado de promediar 1,7 tantos por encuentro en las 18 primeras jornadas a promediar 4,6 en las cinco últimas. El informe realizado por el diario El País desvela que los merengues siguen creando más o menos las mismas ocasiones pero el acierto ha cambiado de manera radical. Los delanteros ahora sí están acertados y las defensas rivales no saben qué hacer para detener el vendaval merengue.
Han subido de 6,9 a 9,6. Si antes los blancos necesitaban casi cuatro remates a puerta (3,9) para marcar un gol, ahora apenas necesitan dos. Sin duda, la ansiedad ha disminuido, la precipitación también y las victorias han ayudado a que los mejores delanteros del mundo estén recuperando los números habituales ante el gol en el campeonato nacional de Liga.
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