El líder ofensivo blanco no llegaba a Abu Dabi ni mucho menos en su mejor momento. Su intermitencia no convencía en el Santiago Bernabéu, ni las lesiones tampoco le permitían convencerse a sí mismo de que él es el líder del Real Madrid. Así, se puede asegurar que no llegó al Mundial de Clubes de la mejor posible. Más bien, todo lo contrario.
En el intrascendente duelo ante el CSKA, Bale entró al partido en el descanso, sustituyendo a Karim Benzema. No le pudieron salir peor las cosas. Pasó desapercibido sobre el ‘verde’, fue muy criticado en la grada y acabó tocado. Un golpe que le hizo perderse el partido ante el Rayo Vallecano, el último previo al viaje a los Emiratos Árabes Unidos.
El ex del Tottenham jugó la semifinal ante el Kashima Antlers con molestias, muy evidentes. De hecho, solo disputó una hora de partido -fue sustituido en el 60’ por Marco Asensio-, pero qué hora firmó. Volvió a ser el Bale de las grandes citas. El que siempre aparece cuando más lo necesita el Real Madrid. Cuando nadie duda de él.
Un peligro constante: desde la izquierda
Brilló desde la banda izquierda, su favorita. Al fin un entrenador, Santiago Solari, apostó por él en ese costado, en el que triunfó con el club inglés antes de firmar por el club blanco. Algo en lo que Lucas Vázquez también tiene mucho que decir. El extremo gallego es el talismán del preparador argentino -lo ha jugado casi todo, perdiéndose solo sus dos derrotas-. Por lo tanto, con el de Curtis ‘titularísimo’ en la derecha, Bale se ha visto ‘desplazado’ a la izquierda. Un acierto.
Como hemos dicho, brilló con tres goles en la semifinal, la ganó ‘el solo’. Después llegó el turno de la final, donde estuvo algo más negado de cara a gol. Pero tuvo varias ocasiones clarísimas y una chilena para el recuerdo, incluso mejor que la de Kiev, que significó la ‘Decimotercera’ y el derecho a participar en este Mundial de Clubes. Se quedó con la ‘miel en los labios’, pero el trabajo ya estaba hecho. Un trabajo excelente, que así fue reconocido. (La FIFA le pone la corona Mundial a Bale)
Bale fue designado como ‘Balón de Oro’ del torneo. Recuperó la confianza, estuvo participativo y fue decisivo. Florentino Pérez fue el primero en felicitarle, dándole un abrazo de los que no recuerdan. Ahora es ‘su momento’. El ‘momento Bale’.
El Real Madrid y el madridismo esperan que nada cambie, que haya un ‘Bale post Mundialito’. El que es capaz de todo. El primero paso ya lo ha dado. Un verdadero punto de inflexión. Si continúa así, los 'cantos de sirena' de la Premier y las ofertas por encima de los 100 millones de euros, que hicieron replantearse seriamente el futuro del galés a los directivos blancos, quedarán en meras anécdotas. Todo está por ver.
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