La de César Gelabert es una de esas historias de superación que tanto nos gustan y que vienen tan bien para vender tazas y camisetas. Por otro lado, es una de esas historias que nos produce escalofríos solo de pensar en todo lo que podría haber salido mal, o mejor dicho, peor.
Este centrocampista de Palencia, al que definen el regate y el desborde (según apunta su ficha en el Real Madrid), recaló en el club blanco en 2015, después de haberse formado en algunos clubes de la Comunidad Valenciana, especialmente en el Hércules CF.
El futbolista lleva siendo un habitual en las categorías inferiores de la Selección española pero en 2018 sufrió el primer varapalo. El futbolista no disputó el Europeo sub-19 debido a una fractura en la clavícula que sufrió en un entrenamiento.
Esa misma temporada siguieron los problemas con las lesiones y sufrió una grave lesión de rodilla. Hace dos años a este canterano se le veía entrenando con el Real Madrid y se daba por supuesto que formaría parte de la pretemporada del primer equipo. Zinedine Zidane le tenía en su radar de “futuribles”, y se le consideraba como uno de los grandes valores blancos para el centro del campo.
Pero la temporada pasada el futbolista volvió a sufrir una grave lesión. Gelabert apoyó mal el pie al caer en un entrenamiento y llegó la peor de las noticias: rotura del ligamento cruzado de la rodilla y de una parte del menisco.
Tras recuperarse, actualmente es uno de los grandes activos del Castilla del Real Madrid y sus actuaciones no dejan indiferente a nadie. El Real Madrid le tiene como una de las grandes joyas del futuro pero el Arsenal y más concretamente Mikel Arteta están trabajando duro para intentar hacerse con su fichaje.(El regreso, por fin, de César Gelabert)
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