El club realizó una potente inversión para hacerse con sus servicios. Desembolsó 50 millones de euros al Oporto (lo máximo que ha pagado el Real Madrid nunca por un central) y, desde el primer momento, Zidane dio el visto bueno. Se había convertido en una revelación de la Liga NOS por la que merecía la pena apostar. Conviene recordar que apenas tiene 22 años (los cumplió hace unas semanas), por lo que hay tiempo para evaluar su talento.
El propio Zizou siempre ha dicho que los inicios son lo más complicado. A él le ocurrió lo mismo cuando llegó al Real Madrid en 2001. Por ello, no considera justo juzgar a un futbolista por sus primeros meses en un club. Además, tampoco ha podido darle prácticamente oportunidades, ya que Ramos y Varane -de momento- siguen siendo indiscutibles. (Noticia DC: el Real Madrid ya ha decidido el futuro de Militao).
El fichaje de Militao se orquestó como una apuesta a medio-largo plazo. Tendrá tiempo de sobra para demostrar si está capacitado o no para jugar en el Real Madrid. Pese a que varios clubes intenten presionar para conseguir una cesión e incluso una venta, en Chamartín ni se lo plantean. Tampoco Militao, quién cree que, para aprender, debe seguir en el vestuario.
Su intención es hacer carrera en el Real Madrid. Es consciente de que el adiós de Ramos está cerca y, si él está en un buen momento, quizá el club no necesite acudir al mercado en busca de ningún otro refuerzo. Pese a que se estudien otras opciones como Upamecano, que también gusta especialmente a Zinedine Zidane. A día de hoy es el tercer central y, si aprovecha sus oportunidades, tiene mucho ganado.
El tiempo lo pone todo en su lugar. Si Militao ha nacido para triunfar en el Real Madrid lo irá demostrando progresivamente. No se deben emitir juicios sin haber visto casi partidos del brasileño. Cuando tenga la suficiente continuidad como para valorar su rendimiento, ya habrá tiempo de tomar conclusiones. A día de hoy, el club confía plenamente en sus habilidades y cuenta con el respaldo de Zidane.
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