No es ningún secreto que el club blanco ha virado su política de fichajes en los últimos años. Ya no se apuesta únicamente por galácticos, sino que, adaptándose a las necesidades de cada momento, el Real Madrid se ha dado cuenta de que apostar por jóvenes promesas puede ser tremendamente beneficioso. Es por ello que, cuando empiezan a despuntar, ya intentan fichar a aquellos que interesan para que, después, no tengan un precio desorbitado.
No hay más que mencionar casos como Vinicius Jr, Odegaard, Rodrygo, Kubo, Lunin, Reinier... A Mbappé también se le intentó fichar en verano de 2017, pero finalmente la familia del jugador decidió que era mejor pasar unos años más en Francia antes que vestir la camiseta de un club tan exigente como el Real Madrid. Con Cherki y Camavinga sucede lo mismo. Los blancos siguen su pista desde hace meses y tratarán de ficharlos antes de que lleguen otros equipos y, al mismo tiempo, aumenten sus respectivos valores de mercado. (Noticia DC: el Madrid de 2022 que Zidane desea tener).
Lógicamente, cada caso es un mundo y con algunos clubes (como el Lyon, por ejemplo) se tienen mejor relación que con otros. Lo que es una realidad es que a medio-largo plazo el Real Madrid aspira con tener a este tridente francés. Mbappé, Camavinga y Cherki. El club ya sabe, gracias a Zizou y los encargados de la tarea de scouting, que son las mejores opciones en la actualidad.
Hace unos días publicamos en Defensa Central que el padre de Mbappé le recomendó a su hijo no conceder entrevistas a medios deportivos españoles. La razón es simple. No quiere que le pregunten directamente por el Real Madrid, porque eso enturbiaría las actuales relaciones con el PSG y, como consecuencia, dificultaría su fichaje por el club blanco en el futuro.
El jugador está a gusto en París, pero su deseo es jugar en el Santiago Bernabéu. Ya sea en los últimos coletazos que le quedan al 'viejo', o ya en el nuevo proyecto de Florentino Pérez. Ha confesado a sus más allegados que vería con muy buenos ojos estar rodeado de compatriotas suyos como Cherki y Camavinga. No obstante, lo que más ilusión le hace es entrenar bajo las órdenes de su ídolo de la infancia, Zinedine Zidane.
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