Isco Alarcón podría tener los días contados en el Real Madrid. El malagueño no vive su mejor momento en Valdebebas, ni mucho menos, y en el club blanco ya no le pegan un portazo a su posible salida. Sí que lo hicieron hace un par de temporadas, con el Isco Prime, el de su mejor versión, negándose a obtener una jugosísima cantidad por él.
Zidane lo quitó del mercado, de sopetón, y apostó por él como titular en la finalísima de Cardiff. Sentó a Bale y James para poner al malagueño, que era parte del Plan B, y se confirmó como pieza esencial del principal, del A. Fue titular en Cardiff y en Kiev. Su foto aparece en esas imágenes ganadoras de las Orejonas en el ciclo brillante del marsellés. (Hugo Duro principal novedad en el entrenamiento del Real Madrid previo al Inter)
La situación ha cambiado y podríamos estar hablando, prácticamente, de un giro de 180 grados. Isco está en segundo plano y no se avista cambio. Su apatía al entrar al terreno de juego de La Cerámica es un fiel resumen de lo que está viviendo como madridista. Vive en horas bajas y ha pedido ser traspasado en enero para volver a ilusionarse en el césped. Un desamor, pese a que Zidane sigue dándole oportunidades, que está cantado. Más si termina contrato en 2022.
En el club se muestran muy sorprendidos, a juzgar por lo que cuentan los que le metieron pólvora al culebrón asegurando que se quiere ir de la entidad blanca. En Chamartín no entienden que Isco no quisiese irse en verano, pese a tener ofertas, y siguen sin comprender qué ha cambiado desde entonces. Pese a todo, aseguran las mismas fuentes, en el Real Madrid no piensan regalarlo al primero que pase. Habrá que seguir atentos… Novias, de momento, no le faltan.
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