Ahora, diez jornadas después, se puede hacer valoración de los lloros de Koeman. Desde entonces, el Real Madrid ha sufrido 6 penalti en contra, por los 5 del Barça a favor. Es decir, los de Zidane tiene un bagaje negativo (dos a favor, seis en contra), y el Barça positivo (cinco a favor, dos en contra).
¿Casualidad? Ya sabemos que en el fútbol no existen. Los colegiados van a pitar al Barça cohibidos. Saben lo que les espera si no interpretan alguna acción polémica a favor de los culés. Koeman saldrá a rueda de prensa a quejarse y las tertulias dedicarán horas de programación.
Por su parte, como Zidane nunca se queja de nada, aunque sea evidente, los árbitros pueden estar más tranquilos. Si se equivocan, no hay problema. Algunos medios dedicarán unos minutos en su parrilla y, después, a otra cosa.
Nos encontramos los dos extremos. Uno que no deja de llorar y a quién todo le parece mal, y otro que prefiere no hacer nunca valoraciones en público sobre los colegiados. A fin de cuentas, aunque el Madrid se vea perjudicado, se demuestra qué clase de entrenador es uno y de qué calaña está hecho el otro.
El Real Madrid es el segundo equipo más perjudicado en LaLiga por penaltis en contra (6). Muy lejos aún así del récord del Barça, que en el año 2016 consiguió que les señalaran la friolera de 19 penaltis a favor.
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