Zidane ya había advertido en la rueda de prensa previa que Valverde estaba bien y que ya no tenía ningún tipo de dolor, mensaje que el propio jugador confirmó posteriormente en el entrenamiento. El uruguayo era titular en Anfield.
Sin embargo, el charrúa ocuparía una posición un tanto desconocida para él. Zidane decidía colocar a Valverde de lateral diestro. Seguramente el equipo adoptaría un 3-5-2 para defender, con él ocupando el carril derecho, aunque para atacar, Valverde ocuparía el lateral. Sorprendente.
Los de Klopp tenían puesta una marcha más y el Madrid empezó sufriendo. Mané era una de las principales armas ofensivas del Liverpool y Valverde era el responsable de frenarle. Mucha exigencia para el uruguayo. Sadio sabía donde estaba el talón de Aquiles blanco y lo estaba atacando continuamente.
El partido se estaba desarrollando al ritmo que quería el Liverpool y el Madrid defendía por acumulación. La primera parte acababa con empate en el marcador, 0-0. Valverde estuvo ligeramente desubicado durante los primeros cuarenta y cinco minutos, pero logró detener con cierto éxito a Mané.
Valverde comenzaba la segunda parte con mejores sensaciones en defensa. Estaba siendo constantemente ayudado por Asensio y la defensa resistía como podía. El equipo seguía muy concentrado en defensa y seguía manteniendo las líneas muy juntas. La acción de más calidad de Valverde llegó en el sesenta y cinco. Balón largo medido a los pies de Vinícius, pero que el brasileño no aprovechaba. Sensacional acción del charrúa.
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