En el club blanco ahora mismo están muy satisfechos con el rendimiento y la profesionalidad que ha demostrado siempre el portero ucraniano, pero saben que la situación actual no se puede extender mucho más en el tiempo.
Una de las incógnitas que tiene el equipo merengue es la de Andriy Lunin, quien es consciente que necesita competir y sumar minutos de calidad para no ver estancada su gran proyección de futuro.
En el Bernabéu son conscientes de que Lunin es algo más que un gran segundo portero y el parón con su selección lo ha vuelto a confirmar.
Por esta razón, en el Real Madrid tienen claro que en 2023 tendrán que dejarle salir para buscar minutos aunque, eso sí, antes renovarán su contrato, que finaliza en 2024 para no perder ningún tipo de vinculación con él.
El segundo portero merengue llegó al Real Madrid en el verano de 2018, tras firmar por 6 años, por lo que aún le restan dos temporadas de contrato, lo que abre la puerta a una renovación, en caso de que la entidad madridista decida finalmente cederlo.
Andriy Lunin no puede seguir más tiempo a la sombra de Thibaut Courtois, especialmente porque tiene que seguir curtiéndose a base de minutos y en el Santiago Bernabéu es casi imposible teniendo al belga por delante.
Este curso 2022-23, si nada cambia, será el último de Lunin en el Real Madrid antes de que el verano que viene salga a buscarse a la vida en un equipo que le dé todos los minutos posibles.
Esta decisión se debe a que los responsables deportivas de la entidad madridista lo tienen clarísimo, “si no estuviera Courtois, Lunin sería el indiscutible portero titular de Carlo Ancelotti porque es buenísimo".
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