El comienzo de David Alaba fue más que sólido defensivamente, ganando los duelos por alto, y rápido al corte. Pero en lo que más destacó en los primeros 45 minutos, fue en ataque. El austriaco, ya nos tiene acostumbrados a hacer valer su polivalencia. Y en un primer periodo, donde la zaga del Osasuna defendió a un buen nivel, Alaba no se resistió a subir al ataque y hacer el papel de lateral en algunos momentos. Fruto de la insistencia de David, llegó el gol de Vinicius, a pase del austriaco.
El segundo tiempo, comenzó con el gol tempranero del Osasuna. Pero el papel de David en la zaga siguió siendo el mismo; el de ser el líder y animar a sus compañeros, en especial a Rüdiger, quien perdió el duelo aéreo en el gol de Kike.
Todo cambiaría en el minuto 73, con 1-1 en el electrónico, Ancelotti realizó un variación táctica, y tras la entrada de Militao, Alaba pasó a ser el lateral izquierdo. Un solución, que es buscada por Carlo, en más de una ocasión a lo largo de la temporada. Pero esta vez, ni este cambio, ni la entrega del austriaco pudo cambiar el resultado de empate final.
Alaba siempre lo deja todo
Desde que llegó al Real Madrid, Alaba ha dejado claro que nunca se arruga y que tiene la suficiente personalidad para dejarlo todo sobre el campo. Podrá estar más o menos acertado, pero su derroche físico es más que incuestionable.
En un nuevo partido, en el que el equipo de Carlo estuvo algo espeso, Alaba ejerció de líder una vez más. Sobrio en defensa, y con ganas de ser protagonista en ataque. Un jugador inteligente, que aunque no le salgan las cosas, nunca se esconde.
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