Porque la Real Federación Española de Fútbol ha vuelto a cachondearse del Real Madrid. Y ya van unas cuantas a lo largo de esta temporada. Si antes tuvieron la osadía de no retirar la roja que vio Albiol ante el Getafe, y de tomarse la semana pasada un día más de vacaciones con el único fin de perjudicar a Sergio Ramos, la sanción que le ha impuesto al Atlético de Madrid por los incidentes acaecidos en el derbi de hace dos semanas es un alegato a la estupidez humana.
UNA SANCIÓN LAMENTABLE
¿Qué tendría que haber pasado para que se tuviera que cerrar el estadio? ¿Acaso no son suficientes el mechero que le cayó a Kaká y el impacto de una piedra sobre el rostro de Pellegrini para actuar con contundencia y cerrar de una vez ese estadio? Porque ya no vale el cuento de la lechera de que hay que tener lástima con el equipo del Manzanares porque tiene la mejor afición del mundo. Si tan buenos son: ¿por qué entran con piedras en el estadio, para cenárselas en el descanso o qué?
Parece que tampoco tuvo importancia que Pellegrini tuviera que ser asistido sobre el césped. Debe ser que como afortunadamente no se quedó inconsciente, ni le impactó de lleno en el ojo, pues no pasa nada por mirar a otro lado e imponer una ridícula sanción de 150 euros. Otra cosa es que habría pasado si la piedra hubiera impactado en alguno de los colegiados. No sólo se habría suspendido el partido y se habría cerrado el campo, si no que se llamarían a los GEOX para localizar a los culpables de esos lamentables incidentes.
LA FEDERACIÓN VIVE AJENA A LA REALIDAD
150 euros por una pedrada en el rostro... Esta es la esperpéntica realidad que vive la Federación Española de Fútbol. Un organismo que ahora, con el finde obtener apoyos para organizar el Mundial de 2018 con Portugal, va lamiéndole el culo a todas las autoridades para que echen todos una mano. Pero si no se pone fin a esta lacra de delincuencia en nuestro fútbol, lo máximo que vamos a organizar es la Copa del Mundo de drogodependientes. Con Villar a la cabeza, eso sí...
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