Desde su llegada en 2011, Pablo Laso ha mantenido el bloque y lo ha hecho a base de trabajo, victorias y títulos, pero este verano jugadores importantes (Felipe Reyes, Jaycee Carroll y el propio Thompkins) acababan contrato y podían marcharse. Nada más lejos de la realidad. (El futuro de Sloukas, con Madrid y CSKA alertas, visto para sentencia)
El club ha llegado a un acuerdo con los jugadores para ampliarles el vínculo contractual y da la plantilla casi por cerrada con lo que hay más la incorporación de Carlos Alocén, una de las mayores perlas del baloncesto nacional que ha jugado y muy bien como cedido en el Casademont Zaragoza, y el adiós de Salah Mejri, que acaba contrato y apenas está teniendo protagonismo.
Sin embargo, aún no se puede dar nada por sentado. El Madrid podría lanzarse al mercado en dos casos, uno con la salida de jugadores fundamentales como Facundo Campazzo o Edy Tavares a la NBA y otro con la posibilidad de encontrar a un jugador que mejore a Nico Laprovittola en caso de que éste tuviera alguna propuesta para tener un rol de estrella en otro club en lugar del secundario que le ofrece el Madrid.
El Facu y el gigante caboverdiano tiene contrato hasta 2024 con cláusulas muy altas, pero los Dallas Mavericks y los San Antonio Spurs ya vigilan al director de juego, mientras que los Golden State Warriors hacen lo propio con el pívot. A día de hoy no parece viable su marcha, pero su continuidad tampoco está garantizada.
A su vez, Laprovittola tiene contrato hasta 2021 y ha ido de menos a más durante la presente temporada, pero apenas ha tenido protagonismo a la sombra de Campazzo y Llull. El Divina Seguros Joventut ya se plantea su regreso de cara al año que viene, pero tampoco hay nada cerrado. Aún así, el Madrid se ha adelantado y, pase lo que pase, tiene margen de mejora.
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