Los pupilos de Zidane están convencidos de que esta Liga puede ganarse pese a los últimos arbitrajes.
El Real Madrid quiere esta Liga. El vestuario mantuvo una conjura tras vencer al Osasuna (1-4) el pasado domingo. Sabían que iba a ser una visita realmente complicada y que, si salían de El Sadar con los tres puntos, también podrá hacerse en el resto de enfrentamientos que restan en la segunda vuelta. En este tipo de partidos es dónde se ganan Ligas y, también, dónde se pierden. El hecho de empezar por detrás en el marcador no provocó que en ningún momento se perdiera la calma y, a base de buen fútbol, lograron acabar con los de Jagoba Arrasate.
En el vestuario se ha llegado a la conclusión de que es mejor no entrar en polémicas. Son conscientes de todo lo que se habla fuera y es cierto que no están contentos con las últimas actuaciones arbitrales que han recibido. Sin ir más lejos en
Copa del Rey, se anuló un gol a
Vinicius Jr que ni siquiera salió en televisión y se añadió menos prolongación de la que se tuvo que sumar. Además, el
Barça de
Setién no atraviesa su mejor momento y en el
Villamarín lo demostraron.
(Zidane y Ramos, historia del Madrid: sus récords ante Osasuna).De no ser por el colegiado murciano,
Sánchez Martínez, no habrían salido con los tres puntos de
Sevilla.
Sergi Roberto debió ser expulsado por una gravísima entrada sobre
Aleñá. Así como
Busquets tuvo que poner rumbo al túnel de vestuarios por la dureza de la acción que llevó a cabo sobre
Guido Rodríguez (no vio ni amarilla). Quién si se marchó 'a la calle' fue
Nabil Fekir -por protestar- cuando se aprecia claramente que es el árbitro quién va detrás de él en busca de una reacción que le permita expulsarlo.
Los de
Zidane no se quieren obsesionar con todo esto pero son conscientes de las ayudas que recibe el
Barça.
Quique Setién está en la cuerda floja, no convence a nadie, y ya han caído eliminados en
Copa del Rey. La
Champions parece una utopía, mientras que son segundos en Liga (
Valverde dejó el equipo en la primera plaza). Desde 2003, el
Real Madrid tiene un saldo de expulsiones negativo (-19) por las (44) que han beneficiado al
Barça. La última el domingo en el
Villamarín.
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