El conjunto blanco se llevó una victoria muy coral. Courtois salvó el resultado en la primera mitad, Carvajal sacó a relucir su mejor versión, Casemiro y Valverde ayudaron defensivamente constantemente y tuvieron pulmones para crear juego, tarea de un Kroos que demostró porque tiene que jugar siempre; Isco se adueñó del balón y Vinicius fue un galgo por la derecha. Difícil destacar a uno por encima de otro.
Mención especial y aparte merece Marcelo. El brasileño fue la gran novedad de Zinedine Zidane en el lateral izquierdo, del que desapareció Mendy sin merecerlo tras su partidazo ante el Manchester City, y terminó por devolverle la confianza al técnico francés. (Así fue el tenso enfrentamiento entre Vinicius y Piqué en el Clásico)
Zizou apostó por él y no se equivocó. El segundo capitán madridista, titular indiscutible durante una década, se ha ido diluyendo en la última temporada y media con Solari y ahora con el marsellés. Reguilón y Mendy, los culpables. Marcelo ha ido perdiendo protagonismo has convertirse en un habitual del Madrid en la Copa del Rey.
Precisamente el público blanco estalló contra él por su actuación ante la Real Sociedad en los cuartos de final del torneo del KO. Entonces quedó como uno de los señalados y volvió a reencontrarse con su afición hace dos semanas ante el Celta con mejores sensaciones, pero aún lejos del repertorio de este domingo ante el Barça.
Marcelo volvió a relucir su magia ofensiva, asomándose con mucho criterio y cuando la jugada lo requería, y solventó con todo el trabajo defensivo que tuvo. Messi lo llevó al límite, pero no logró superarle. El crack argentino, tras un pase milimétrico de De Jong, enfiló la portería de Courtois, pero el brasileño apareció de milagro para evitarlo. Marcelo lo celebró como un gol en un Bernabéu de nuevo loco con él. No es para menos. Tuvo que alcanzar los 30,9 kilómetros por hora para lograrlo.
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