Carletto jugó al despiste toda la semana y usó esa 'bala', al igual que el Barça con Jordi Alba, sin enseñar si Karim estaba listo para jugar. Quería usar el 4-3-3, y eso lo tenía clarísimo, pero no podía prescindir de Benzema. El martes jugó 90 minutos, terminó tocado, el miércoles, jueves y viernes no entrenó... pero el sábado se alistó para estar presente en el Clásico.
Benzema volvió tocado de Kiev y no llegó a estar al 100%. Le faltó rodaje, quizá, tal y como apuntaron los servicios médicos del Real Madrid. Forzó y arriesgó en el verde del Camp Nou. Pintus y Ancelotti, en sintonía constante, apostaron por el galo. No les quedaba otra. La participación de Karim era totalmente clave y no se podía desestimar así como así.
No había riesgos de gran lesión, debido a que se trataba de un fuerte golpe en el empeine, pero sí que las molestias incrementasen. Benzema nunca estuvo cómodo sobre el campo y eso se notó.
Apenas tuvo una participación clara en ataque, falló ocasiones que no suele perdonar, pero sí que dejó momentos de extrema calidad que fueron fundamentales para tener el control.
Benzema jugó mermado
Benzema siempre fue una amenaza constante sobre la zaga culé, como se esperaba, y ese fue su papel en el Clásico. No llegó a ser el líder del ataque madridista, ya que ese papel lo tenía Vinicius Jr, pero fue importante. Jugó mermado, casi al 50%, pero esa versión de Karim se necesitaba para marcar diferencias en el partido de la Ciudad Condal.
Ahora llega Osasuna, una de las grandes sorpresas de la temporada, y se mide en un duelo entresemanal en el Bernabéu. Un choque en el que Benzema podría tener descanso, tras jugarlo todo con Francia en la Nations League, y en el que se podría apostar por las rotaciones. Todo dependerá de la evolución que tenga durante este par de días que tiene para preparar el partido.
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