Vinicius y el Real Madrid se alistan para una nueva prueba de fuego en un conjunto blanco donde la actividad no se detiene y donde el brasileño volverá a ser el principal foco de marcajes del más alto nivel. La estrella de Carlo Ancelotti prefiere jugar ante Ronald Araújo que ante un Kyle Walker que jornadas atrás ya le diese diversos problemas.
Son los dos rivales más cercanos que ha tenido el Real Madrid a nivel de calendario y que ejemplifican a la perfección el momento de la temporada que se vive por un conjunto blanco que sabe mejor que nadie lo que se juega a lo largo de las próximas horas. Vinicius espera un marcaje más que especial por parte del Barcelona e igualmente un baile junto a un amigo personal que nuevamente volverá a ser el primer obstáculo a vencer.
Pero el brasileño también saca sus conclusiones alrededor de cómo derrotar a uno de los futbolistas que más le ha llevado al límite en el último tiempo. En la comparación hecha con Kyle Walker, Vinicius considera que con Araujo tiene más posibilidades de no solamente hacerse fuerte en los duelos individuales sino de sacar provecho también de las diferencias que tienen tanto inglés como uruguayo.
El análisis antes del Clásico
“Contra Araujo suelo poder ir más de cara, encararle; contra Walker es más difícil porque tiene ayudas constantes y si lanzo largo el balón se me cruza por delante…”, es lo que le ha explicado Vinicius a sus compañeros entre jugar contra uno u otro. Por supuesto que hablamos de dos de los mejores defensores del planeta, pero también de un extremo que ha tenido ya sus noches de oro ante ambos nombres.
Kyle Walker fue una prueba de fuego en todos los sentidos para un futbolista que con el Real Madrid festeja ahora mismo ser semifinalista de la Copa de Europa y que sabe que para sentenciar el título de Liga mañana su primer gran objetivo pasará por derrotar a un amigo en lo personal que como Araujo, ya le dio más de un dolor de cabeza en el pasado. Vinicius espera que el hecho de poder encarar con algo más de tranquilidad mañana le dé todo lo que en Manchester costó un océano convertir en realidad.
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